Escuché decir que ésto no cambia más, y reprocharon que mis sueños apunten hacia adentro y no hacia afuera ¿desde dónde se construye?.
Pienso que cada uno habita un lugar y hacer o no hacer algo, desde ese pequeño espacio que ocupamos, depende de cada uno.
Pensar, proyectarme y soñar un mañana fuera de aquí es algo que me ocurre con frecuencia y que ansío con todo lo más fuerte que siento. Pero no levantar la vista y ver y vivir lo que en el momento me está ocurriendo, sería una evasión.
Pienso y creo que mi futuro se construye en este presente. Que mirar hacia el costado y hacerme el boludo sería negar la responsabilidad de mi existencia. Y sí es de boludo creer que ésto pueda cambiar ¡que boludo que soy!
Nosotros estamos aquí, y también como ustedes, pasamos y sufrimos casos similares a los que ustedes les ocurren.
Y sí piensan que aquí estamos bien, es una mentira. Ninguna persona puede estar bien habiéndole quitado su libertad.
Esa libertad que también le fue quitada a ese que va de su casa al trabajo, del trabajo otra vez a su casa o al televisor o al alcohol o a la computadora. O de todas las formas que en su mal uso hacen de escape llevándolos así a una vida vacía y sin sentido, tratando de encontrar en las cosas algo, ésto que le arrebataron por dentro y de a poco.
A todos en algo nos afecta sería bueno plantearse una nueva forma de vivir.
Creo que aquí se trata de que todos pongamos un poco, de dejar de tirarnos la pelota entre nosotros y buscar la raíz de los problemas.
Creo que tanto nosotros los que estamos presos como el que cuida, como aquellos que educan en su mayoría estamos desinformados o no queremos ver y como dice Pablo Freire en "Pedagogía del Oprimido" ..."mistifican, masifican y dominan".
A veces me da la sensación de que la gente al escuchar hablar de estos temas, hablar de derecho o libertad, piensa que uno busca hacer la guerra y no es así. El hablar, el debatir un tema es una forma de buscar mejorar las cosas para todos y la palabra tomada como método transformador, nos lleva y nos acerca al campo donde se producen los acontecimiento que ordenan y esclarecen el panorama, liberándonos de los prejuicios y de las viejas creencias que nos confundieron de generación en generación. Ese juego del lenguaje donde podemos encontrarnos, transformando y buscar ser libre.
Aquí no se trata de hecharnos la culpa entre nosotros, sino de ver que podemos hacer a partir de aquí.
El cambio suele a veces causar pudor, y está la presión que viene desde arriba que pensamos y nos perseguimos del qué dirán o qué pensará el que tengo al lado y sí tengo una actitud diferente, sí quiero contribuir con algo y rompo con lo habitual, qué pensará decimos, y sentimos que el mundo nos mira y nos discrimina.
De igual manera nos pasa a veces también a nosotros y también sentimos una presión y suele pasar también que es mucho más pesada la presión que ponemos en nosotros mismos. Quizás por los prejuicios y el habito de las costumbre.
No sé cuanto somos los que esperamos sus manos. Algunos quizás en un rincón y en silencio. Otros tal vez un poco más jugados no sé cuantos pero seguramente le calculo que somos muchos los que esperamos de ustedes. Y que algunos trabajamos día a día para aportar con algo.
*Yo vengo a dejar mi corazón - Fito Paez
Pienso que cada uno habita un lugar y hacer o no hacer algo, desde ese pequeño espacio que ocupamos, depende de cada uno.
Pensar, proyectarme y soñar un mañana fuera de aquí es algo que me ocurre con frecuencia y que ansío con todo lo más fuerte que siento. Pero no levantar la vista y ver y vivir lo que en el momento me está ocurriendo, sería una evasión.
Pienso y creo que mi futuro se construye en este presente. Que mirar hacia el costado y hacerme el boludo sería negar la responsabilidad de mi existencia. Y sí es de boludo creer que ésto pueda cambiar ¡que boludo que soy!
Nosotros estamos aquí, y también como ustedes, pasamos y sufrimos casos similares a los que ustedes les ocurren.
Y sí piensan que aquí estamos bien, es una mentira. Ninguna persona puede estar bien habiéndole quitado su libertad.
Esa libertad que también le fue quitada a ese que va de su casa al trabajo, del trabajo otra vez a su casa o al televisor o al alcohol o a la computadora. O de todas las formas que en su mal uso hacen de escape llevándolos así a una vida vacía y sin sentido, tratando de encontrar en las cosas algo, ésto que le arrebataron por dentro y de a poco.
A todos en algo nos afecta sería bueno plantearse una nueva forma de vivir.
Creo que aquí se trata de que todos pongamos un poco, de dejar de tirarnos la pelota entre nosotros y buscar la raíz de los problemas.
Creo que tanto nosotros los que estamos presos como el que cuida, como aquellos que educan en su mayoría estamos desinformados o no queremos ver y como dice Pablo Freire en "Pedagogía del Oprimido" ..."mistifican, masifican y dominan".
A veces me da la sensación de que la gente al escuchar hablar de estos temas, hablar de derecho o libertad, piensa que uno busca hacer la guerra y no es así. El hablar, el debatir un tema es una forma de buscar mejorar las cosas para todos y la palabra tomada como método transformador, nos lleva y nos acerca al campo donde se producen los acontecimiento que ordenan y esclarecen el panorama, liberándonos de los prejuicios y de las viejas creencias que nos confundieron de generación en generación. Ese juego del lenguaje donde podemos encontrarnos, transformando y buscar ser libre.
Aquí no se trata de hecharnos la culpa entre nosotros, sino de ver que podemos hacer a partir de aquí.
El cambio suele a veces causar pudor, y está la presión que viene desde arriba que pensamos y nos perseguimos del qué dirán o qué pensará el que tengo al lado y sí tengo una actitud diferente, sí quiero contribuir con algo y rompo con lo habitual, qué pensará decimos, y sentimos que el mundo nos mira y nos discrimina.
De igual manera nos pasa a veces también a nosotros y también sentimos una presión y suele pasar también que es mucho más pesada la presión que ponemos en nosotros mismos. Quizás por los prejuicios y el habito de las costumbre.
No sé cuanto somos los que esperamos sus manos. Algunos quizás en un rincón y en silencio. Otros tal vez un poco más jugados no sé cuantos pero seguramente le calculo que somos muchos los que esperamos de ustedes. Y que algunos trabajamos día a día para aportar con algo.
*Yo vengo a dejar mi corazón - Fito Paez
