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"YO NO QUIERO MORIR PARA CAMBIAR LA HISTORIA, QUIERO VIVIR PARA CAMBIARLA"

viernes, 10 de febrero de 2012


"YO NO QUIERO MORIR PARA CAMBIAR LA HISTORIA, QUIERO VIVIR PARA CAMBIARLA"

Esta frase David quiso agregarla al blog días antes de su fallecimiento, la había escuchado en algún lado dijo.
Evidencia sus ganas de vivir.

martes, 24 de enero de 2012

Lunes 23 de enero de 2012.-
Argentinos exigiendo las Islas Malvinas en forma pacifica y sin que ningún pibe sufra hambre, frío y muera por impulso engañoso que es llevarlo a la guerra reclamando esa pequeña parte que nos pertenece. Concuerdo con la Presidenta que no hay mejor manera.
Hoy lunes 23/01/2012. Me declaro en "huelga de hambre seca" por otros motivos pero siguiendo el mismo camino.
Muchos pensarán: "cosa loca de creer que algún dia cederán" (Islas Malvinas). Yo prefiero creer que algún día recordando también una parte del Libro de Eduardo Galeano "Espejo"(Quijote) que dice: "Cuando el Che Guevara escribió su última carta a sus padres. Para decir adiós no eligió una cita de Marx escribió: Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante. Vuelvo al camino con mi adarga al brazo.Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará la estrella que lo guía.
Agregándole otro verso también de Galeano "La eterna utopía" mientras... sigo leyendo "Paradigma de la Complejidad"


PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD
La COMUNICACIÓN según la psicología sistémica

En el Nº 27 de “Utopía Educativa” hicimos una primera aproximación al tema.  
Seguimos adentrándonos en él en el Nº 28 y continuamos ahora reflexionando sobre 
la complejidad, pero de manera diferente.  Tomados de la mano de Paul Watzlawick  -
muy ligado a los estudios de Morin-  y de sus colaboradores Jane Helmick Beaven y 
Don Jackson, vamos a compartir un tema específico, tremendamente  importante en 
el ámbito de la docencia cual es el de  la comunicación humana. 
En adelante para facilitar la lectura del artículo mencionaremos sólo a Watzlaswick 
aunque sabemos que el libro fue escrito con dos importantes colaboradores. 
En las primeras páginas aparece un ejemplo que nos recuerda la afirmación de Morin: 
para conocer y entender un hecho tenemos que ubicarlo en su contexto natural, 
social, histórico, político y hasta cósmico. 
El ejemplo al que aludí está tomado de un relato que hace Konrad Lorenz (uno de los 
fundadores de la Etología, ciencia que estudia comparativamente el comportamiento 
animal incluyendo al hombre, en su libro "King Salornon's Ring"). Cito textualmente a 
Watzlawick:  "En el parque de una casa de campo, a la vista de los transeúntes que 
pasan por la vereda, un hombre barbudo se arrastra, agazapado, siguiendo recorridos 
que semejan un ocho, observando constantemente por sobre su hombro, y graznando 
sin cesar.  Así describe el etólogo Konrad Lorenz la conducta que debió adoptar 
durante uno de sus experimentos de Imprinting con patitos, luego de haber 
reemplazado a la madre de aquellos.  ‘Yo me felicitaba' escribe este autor, ‘por la 
obediencia y exactitud con que mis patitos me seguían, cuando de pronto levanté la 
vista y vi sobre la cerca del parque una fila de rostros tremendamente pálidos: un 
grupo de turistas me  contemplaba horrorizado desde la cerca'.  Los patitos resultaban 
invisibles debido a las altas hierbas y lo que los turistas veían era una conducta 
totalmente inexplicable y, de hecho, loca.

¿Qué nos quiere señalar con esto?  Que un fenómeno permanece inexplicable si no
se lo ubica en su contexto.  Para los turistas que veían a un hombre maduro, con
barba, caminando agazapado y de manera extraña formando ochos, sólo cabía una
explicación: el hombre estaba loco.  Si lo hubieran ubicado en su contexto hubieran
entendido que un hombre perfectamente cuerdo, un científico de renombre
entusiasmado con su investigación, estaba ratificando en los hechos los resultados de
la misma.
Y ahora sí comenzamos con el tema de la comunicación.  Hay una aclaración previa
que hacer: este enfoque del tema no es el que se hace desde la Filosofía (tal vez en
otra oportunidad podamos tratarlo) sino desde la Psicología Sistémica que ofrece
aportes prácticos para sanear nuestras relaciones con los otros y que, como
decíamos, son de gran utilidad en el ámbito docente.
El tema de la comunicación puede –debe- ser tratado bajo el Paradigma de la
Complejidad porque, pensemos un poco: comunicación implica interrelación entre dos
o más sujetos.  Estos a su vez están ubicados en un espacio geográfico, cultural,
histórico; tienen sus propias historias personales, herencias genéticas, psicológicas,
de costumbres y hábitos; tienen también sus propias convicciones y creencias sobre
las que apoyan su accionar y su decir; y yendo mucho más lejos los sujetos que
interactúan en la comunicación están ligados al Cosmos ya que sus organismos están
formados por átomos, algunos de los cuales proceden de aquella fantástica explosión
que dio origen a nuestro Universo.
Watzlawick expone tres axiomas de la comunicación.  Los llama axiomas justamente
porque, dada su evidencia inmediata no necesitan ser demostrados sino sólo
señalados y explicados.
Primer axioma:
NO ES POSIBLE NO COMUNICARSE:

¿Por qué?  Porque hay una propiedad de la conducta que por ser obvia solemos
pasar por alto: no hay no-conducta, es decir, es imposible no comportarse de algún
modo y si aceptamos que toda conducta es interacción, es imposible no comunicarse.
Actividad o inactividad, palabras o silencios, tienen valor de mensajes: influyen en los
demás quienes no pueden dejar de responder; por lo tanto también se comunican.
De este primer axioma se derivan algunas consecuencias:
La comunicación se puede:
     a) rechazar: "El pasajero A puede hacer sentir
-
 al pasajero B, en forma más o menos
descortés, que no le interesa conversar.  Puesto que ello es reprobable desde el punto
de vista social, se necesita valor para hacerlo y da lugar a un silencio más bien tenso
e incómodo, de modo que, de hecho, no se ha evitado una relación con B''.
157
 
Un ejemplo del ámbito escolar: el director que, frente a una consulta de uno de sus
docentes, responde: -¡No quiero hablar de esto ahora! (Aclaro que los ejemplos
escritos en esta tipografía y referidos al ámbito escolar son míos y por lo tanto
Watzlawick es inocente con respecto a ellos).
b) aceptar: en el ejemplo del pasajero, terminará por ceder aunque sea de mala gana
y aceptará  la conversación con B.
En el caso del director: -¡Bueno! ¿Qué es lo que quiere ahora?
e)  descalificar: recurrir al absurdo, es decir, contestar incoherencias, caer en
contradicciones, cambiar de tema abruptamente, utilizar un lenguaje oscuro e
incomprensible.
En el caso del director, ante la consulta del docente:
¿Sabés que tengo muchos problemas con mi hijo mayor? ¿Qué te parece el color de
mi esmalte de uñas?
d) recurrir al síntoma: en el caso del pasajero, puede fingir sueño, borrachera,
descompostura, etc.
En el caso del director, puede excusarse diciendo: - ¡Tengo demasiado trabajo en este
momento!
En ambos casos no soy yo, sino algo exterior a mí lo que me impide comunicarme.
Segundo axioma:

TODA COMUNICACION TIENE:
 a) un aspecto de contenido (referencial o digital): transmite información; se expresa en
el lenguaje verbal que surge tarde en la evolución del hombre.
 b) Un aspecto de relación (conativo o analógico): da la pauta del tipo de relación entre
los sujetos.  Se expresa en el lenguaje no verbal (postura corporal, tono de voz,
cadencia, gestos) que nace en períodos más arcaicos de la evolución. "Si una mujer A
señala el collar que lleva otra mujer B y pregunta: ‘¿Son auténticas esas perlas?', el
contenido de su pregunta es un pedido de información acerca de un objeto.  Pero al
mismo tiempo también proporciona -de hecho- su definición de la relación entre
ambas.  La forma en que pregunta (en este caso sobre todo el tono y el acento de la
voz, la expresión facial y el contexto) indicarían una cordial relación amistosa, una
actitud competitiva, relaciones comerciales formales, etc.
Son especialmente
hábiles para captar este aspecto de la comunicación los niños, los animales y los
aborígenes.  Si bien esto no necesita mayores explicaciones me parece útil poner
algunos ejemplos de la vida cotidiana:
Niños: tienen un olfato especial para intuir situaciones de conflicto.  Si sus padres se
llevan mal, aunque se cuiden de no pelear abiertamente en su presencia, ellos
"huelen" que algo no anda bien.
Animales: los que amamos a los animales o los que simplemente tienen una mascota
en sus casas sabemos que ellos captan a la perfección nuestro tono de voz; por
ejemplo, saben cuando estamos enojados por algún desaguisado que han hecho o
cuando les hablamos para mimarlos.
Aborígenes: me remito a lo que escuché decir a una maestra de una escuela toba:
“- Al toba no le interesa lo que el blanco dice; se limita a escucharlo sin prestarle
demasiada atención, con su rostro aparentemente impenetrable.  Lo que sí hace con
gran cuidado es observar sus gestos, su postura, escuchar su tono de voz, captar sus
miradas.  Sólo después de esa cuidadosa observación decide si el blanco merece o
no su confianza-“.
Nos corremos por unos instantes de la Psicología Sistémica para ingresar a otra
corriente psicológica, el Análisis Transaccional creada por Eric Berrne, que nos aporta


un ejemplo para entender lo importante que es el aspecto analógico en la
comunicación, en lo que él llama "rostro plástico": "Clara vino al grupo porque su
marido estaba a punto de abandonarla y dijo que ¡no tenía a nadie con quien hablar!
Aunque tenía tres hijos crecidos viviendo en casa... Su hijo de veinte años vino con
ella.  ‘Yo vacilo en hablar con mi madre' dijo ' y me es difícil hablar de ella aquí, por
que se siente herida con facilidad y a veces tiene una actitud de mártir.  Siempre
tengo que pensar, antes de decirle algo, en cómo lo tomará, o sea que en realidad no
puedo hablar francamente’.  Mientras él se extendía sobre este tema (...) su madre
estaba sentada junto a él con el cuerpo erguido y las manos graciosamente  cruzadas
sobre la falda, como le habían enseñado a hacer  desde su infancia, de manera que
las únicas partes de su cuerpo que se movían visiblemente eran la cara, la cabeza y el
cuello.  Al escuchar lo que decía su hijo, primero levantó las cejas sorprendida, luego
frunció el ceño, luego  meneó  ligeramente la cabeza, luego frunció los labios, luego
inclinó la cabeza tristemente,  luego volvió a levantar la vista y luego ladeó la cabeza,
en actitud de mártir (... ) Cuando su hijo hubo terminado su informe  el Dr. Q le
preguntó:
- ¿Por  qué ha estado  moviendo la cara todo  el tiempo  mientras él hablaba?
-  No he hecho eso- objetó ella sorprendida.
-  Entonces ¿por  qué ha estado moviendo la cabeza?
-  No sabía que estuviera haciéndolo.
-  Pues lo hacía;(...) Usted le dice que puede decir todo lo que quiera, pero como sus
reacciones ante lo que él dice son muy claras, aunque usted no diga una palabra, él
vacila (...)  Ahora, si le produce este efecto de mayor, imagínese el efecto que
produciría en un niño de tres años que está observando atentamente el rostro de su
madre todo el tiempo para ver cómo la afecta.  Por eso él piensa antes de hablarle, y
usted tiene la impresión de que no tiene con quien hablar”.
Pensemos en las implicaciones que tiene esto en nuestro quehacer docente.
Cuando los docentes desarrollamos nuestras clases no sólo tenemos que estar
atentos a lo que dicen nuestros alumnos sino a sus silencios, a sus gestos, a sus
miradas, a la forma en que se sientan...

CONSECUENCIAS DERIVADAS DEL  SEGUNDO AXIOMA:
I. Variaciones posibles entre los dos aspectos
a.  A y B concuerdan en contenido y en relación.
b.  A y B están en desacuerdo en ambas.
(Estos son los dos casos extremos; a continuación señalamos las formas mixtas):
     c. A y B no concuerdan en el contenido, pero eso no perturba la relación.  Es la forma
madura de manejar el desacuerdo.
Ejemplo: el Director y el docente tienen distintas, maneras  de trabajar pero se
respetan mutuamente.
     d.  A y B están de acuerdo en el contenido pero no en la relación.
Ejemplos: parejas que están bien mientras deben en enfrentar una situación dramática
(problemas económicos, la enfermedad de un hijo, una situación de peligro).  También
se da en el caso de las coaliciones electorales o de países que se unen para enfrentar
a un enemigo común, pero logrado el triunfo se reanudan las disidencias entre ellos.
En la institución docente: puede ocurrir que el director y todos les docentes se unan
para enfrentar un grave problema de indisciplina de los alumnos.  Forman un cuerpo
absolutamente unido: superado el problema pueden volver a surgir los desacuerdos
entre ellos.
c. A y B intentan resolver en el aspecto de contenido (donde no existe problema) una
dificultad de relación.  Ejemplo: "Mientras se encontraba solo en su hogar, el esposo
recibió un llamado de larga distancia de un amigo, quien le manifestó que se
encontraría en esa ciudad durante algunos días.  El esposo invitó al amigo a pasar
unos días en su casa sabiendo que ello agradaría a su esposa.  Sin embargo, cuando
Ia esposa regresó se entabló una violenta discusión con respecto a la invitación hecha
por el marido, sin embargo ambos estaban de acuerdo en que la invitación era
correcta.
Lo que está en discusión no es el contenido en realidad, sino quién tenía derecho a
tomar la decisión, es decir, algo que tiene que ver con la relación entre ambos
cónyuges."
En la escuela: el docente toma una decisión; el director se la cuestiona, no porque no
esté de acuerdo sino porque no es él quien la ha decidido.

d. A se ve obligado, de un modo u otro, a dudar de sus propias percepciones (de las
cuales está seguro) en el nivel de contenido, a fin de no poner en peligro una relación
con B, que para él es muy importante.
Ejemplos: en la pareja, uno de ellos tiene convicciones firmes en materia de
convicciones  religiosas, ideologías políticas, etc.  El otro no las comparte pero las
acepta con tal de no perjudicar la relación.
En la escuela: el alumno que no se atreve a debatir con su docente; el director que no
se atreve a contradecir a su supervisor; los docentes que no se animan a cuestionar a
sus superiores; los padres que no se atreven a decir lo que encuentran mal en el
colegio de sus hijos; el militante estudiantil, gremial o político que no se atreve a
mostrar su disenso con los compañeros.
II.  Errores de traducción:
otra consecuencia derivada del 2º axioma.
El hombre, en su vida cotidiana, combina ambos aspectos, el de contenido y el de
relación y se ve en la necesidad de traducir constantemente del uno al otro.  Entonces
se suelen producir los errores de traducción porque cada uno la hace de acuerdo con
la imagen que tiene de la relación; así por ejemplo, un regalo puede ser interpretado
como un gesto de cariño, como un soborno o como una restitución.  Una persona que
es acusada de un delito empalidece, tartamudea, se pone nerviosa.  Si el investigador
parte del supuesto de que el acusado es culpable interpretará esos síntomas como
una prueba más de ello.  No obstante, cuántas veces vimos ocurrir que una persona
inocente se vea de pronto viviendo una pesadilla acusada de un delito que no
cometió.  Seguramente mostrará los mismos síntomas.
Tercer axioma
LA NATURALEZA DE LA RELACION DEPENDE DE LA PUNTUACIÓN DE LA
SECUENCIA DE HECHOS:
La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia que se da en la
interacción entre dos sujetos, estableciendo cuál es la causa y  cuál el efecto, es
motivo de incontables conflictos en las relaciones.
Veámoslo a través de un ejemplo: una pareja tiene problemas, viven discutiendo. Ante
141el conflicto, el esposo se retrae y adopta una actitud pasiva.  La esposa lo reta.
lo reta ........./ se  r e t r a e /lo reta.........../ se  r e t r a e /
Esposa           Esposo
Al margen de lo anecdótico, la cosa se presenta así: sus discusiones consisten en un
monótono intercambio de reproches: "-Me retraigo porque me retas-“  Está  puntuando
la secuencia de tal manera que el origen del conflicto es el otro con su regaño.  “-Te
reto porque te retraes-“: está haciendo lo mismo pero a la inversa; considera como
causa del conflicto, no el regaño sino el  retraimiento  del otro.
 En la raíz de este conflicto de puntuación está Ia convicción de que el mundo es tal
como yo lo veo.  Cualquier visión distinta tiene que deberse a irracionalidad o a mala
voluntad.
Esto significa no aceptar que el otro tiene también su verdad.
UN DATO PARA PENSAR:
Los expertos en comunicación calculan que ¡una persona recibe 10.000 impresiones
sensoriales (internas y externas) por segundo!  Ningún cerebro puede tolerar
semejante bombardeo de datos, entonces tiene que seleccionarlos drásticamente,
pero ocurre que el criterio de selección varía de una persona a otra.
Todo esto tiene que ver con lo que se denomina PROFECÍA AUTOCUMPLIDORA: Un
sujeto que parte de estos supuestos: "nadie me quiere", "no valgo  nada", "todos me
rechazan”, sin darse cuenta va a actuar de tal manera que efectivamente eso se
cumpla.  Se comportará en forma agresiva, estará a la defensiva, se retraerá,
desconfiará de todos, estará pendiente de cómo lo miran... Los otros reaccionarán con
desagrado ante esas actitudes, lo que a su vez justificará sus supuestos, cuando en
realidad está haciendo lo posible para que éstos se cumplan.  Obvio que de manera
inconsciente.  Cree que sólo reacciona-ante, cuando en realidad está provocando la
conducta de los otros.  Esta Profecía Autocumplidora tiene tremenda importancia en el
ámbito docente.
¿Cuántas veces somos los docentes los que con nuestra actitud provocamos


reacciones no deseadas en los alumnos?
Y de nuevo estamos aquí coincidiendo  con Morin para quien los conceptos de causa
y efecto sólo tienen sentido en un pensamiento lineal pera no en uno circular, donde
más bien cabría hablar de retroacción: los "efectos" retroactúan sobre las "causas".
(Mi conducta provoca determinada reacción; ésta a su vez influye sobre mi conducta
fortaleciéndola).
Corno reflexión final, les comento una experiencia reciente: desarrollé un curso para
docentes de todos los niveles y modalidades en Las Breñas, pequeña localidad del
interior del Chaco, sobre el Paradigma de la Complejidad. Resultó que la mayoría de
los asistentes trabajaban como bibliotecarios.  Confieso que estaba preocupada
porque no sabía si lograrían transferir a su actividad lo dado en el curso.  Fue muy
grata la sorpresa cuando corregí los Trabajos Finales.  Lo habían conseguido de
manera admirable.  Esto prueba que cuando hay pasión e ingenio todo o casi todo es
posible.
PROPUESTA:
Para tomar un primer contacto con el Paradigma de la Complejidad puede resultar de
utilidad leer un hermoso librito de José Emilio Salgado, titulado “CALCIO. biografía de
un átomo”.  Se trata de una novela corta cuyo protagonista es un átomo de calcio,
querible y curioso, que nos va llevando desde el origen del Universo (Astronomía),
pasando por el proceso de hominización (Antropología Cultural), sus aventuras y
desventuras con los otros átomos, iones y moléculas (Físico-química), sus
conversaciones con otros átomos acerca de los humanos y de la posible existencia de
Universos paralelos (Filosofía), hasta aventurar hipótesis sobre el futuro de la
humanidad (Ciencia-ficción  -o no-).
(Artículos sobre Paradigma de la Complejidad publicados en: Revista Utopía
Educativa. Números 27, 28 y 29. Bs.As., Centro Franciscano Argentina. 2004)






lunes, 23 de enero de 2012

Articulo 166:
En caso de que ocurra o estar padeciendo la situación de que alguien se te va. En la interpretación de la ley que lugar  ocupa el ser? 

sábado, 21 de enero de 2012

"Comunicación Interferida"

Yo no entiendo por que al Estado no puede hacerse cargo de instalar un par de lineas telefónicas acá en la Unidad 6 de Rawson. Por cada sector, somos 4 pabellones de 31 personas y tenemos lineas rotativas para recibir llamadas, osea... esto quiere decir que si yo no tengo tarjeta para llamar, tengo que esperar 4 días para que  me llamen y ese día compartir el tiempo de uso con 31 personas. Por un lado me piden que afiance mis vínculos familiares como objetivo para alcanzar otra fase, y por el otro me imposibilitan poder lograrlo, no será que... la comunicación esta interferida. 

Y mientras espero a una persona, aprovecho el tiempo leyendo algo de mi ex profesora y amiga la Sra Martha Bardaro, a quien conocí y compartimos unas clases que me hacían sentir como unas horas en familia.
Lo que leo es de su libro "Desde Lejos...Hasta Hoy" Filosofía de lo Cotidiano.

PAULO FREIRE Y EL PENSAMIENTO EXISTENCIAL 

La expansión imperialista determina la existencia del Centro (metrópolis dominantes) 
y de la Periferia (países dominados). La Periferia, formada por los tres continentes 
que a lo largo de los siglos han sido objeto de la explotación, constituyen lo que 
desde 1955 se llama el Tercer Mundo. El Tercer Mundo es el "marco político, social, 
ideológico y psicológico de esos dos tercios de la humanidad en busca de la ruptura 
definitiva con el antiguo régimen colonial y la finalización de los privilegios".
Los pueblos del Tercer Mundo están hoy en búsqueda de su liberación, liberación que 
significa romper con los lazos de dependencia estructural, en la cual lo cultural juega 
un papel importantísimo. 

En este contexto, el de la realidad de la periferia que busca encontrarse a sí misma, 
que busca liberarse como pueblo y a cada uno de sus hombres como persona total, 
tenemos que ubicar un nombre sobre el cual durante mucho tiempo se extendió un 
velo de silencio: Paulo Freire. 
La "Pedagogía del Oprimido" de Freire cobra singular importancia sí tenemos en 
cuenta que toda nuestra cultura -la cultura académica- fue elaborada en el Centro. 
Nuestros intelectuales estuvieron siempre con la mirada puesta en Europa o EE.UU. 

Nuestra literatura, en general, no fue sino una copia de la francesa, nuestra 
educación una imitación de la yanqui, nuestra filosofía un constante repetir a los 
pensadores franceses, alemanes, belgas. Precisamente una de las corrientes 
filosóficas que mayor vigencia práctica parece seguir teniendo (aunque en el interés 
de los intelectuales haya sido reemplazada por el estructuralismo y otras corrientes 
en boga) es la del pensamiento existencial: un pensar que refleja la Europa burguesa 
de post-guerra. Freire no niega esa filosofía. Por el contrario, recoge sus muchos 
elementos positivos como así también los elaborados por otras vertientes de 
pensamiento (Marx, Fanon, Memmi), pero los re-piensa desde la periferia, 
concretamente desde América Latina. 
A continuación trataremos de señalar cuál ha sido el salto de avance de Paulo Freire 
con respecto al pensamiento existencial. Para ello es menester recordar primero 
cuales han sido los aportes valiosos de éste. Sin detenernos a explicitarlos por ser 
suficientemente conocidos, los enunciaremos como punto de partida para su
comparación con la cosmovisión de Freire. 

a) Los aportes valiosos del pensamiento existencial: 
1. Marca un momento muy importante en el camino hacia lo concreto. Es un intento 
de podar al pensamiento filosófico de las abstracciones del Idealismo y de obligarlo a 
echar raíces en lo más hondo de la experiencia humana. No es un pensamiento 
pensado, acabado, sistematizado. Se trata más bien de un pensamiento pensante, o 
sea de un pensar que más que proponerse encerrar al universo en un sistema de 
ideas, intenta ahondar, perforar, profundizar, las experiencias concretas. 
2. Concibe al hombre no en abstracto aislamiento sino como Existencia, esto es, como 
Apertura, lo cual hace que no se pueda disociar al hombre del mundo (el hombre es 
un ser-en-el-mundo) ni de los otros hombres (el hombre es un ser-con-otros). 
3. Ve claro que el hombre no es algo acabado y estático, sino más bien un proyecto a 
realizar. "Ser hombre es aprender a ser hombre", decía Jaspers. 
4. Profundiza la reflexión sobre la experiencia humana. Eso le permite descubrir tanto 
fenómenos alienantes que dificultan el crecimiento de la persona (funcionalización, 
vigencia del tener, pérdida del sentido del misterio), como experiencias realizadoras
(comunicación, compromiso, fidelidad, esperanza). 

Evidentemente no podemos reprocharle al pensamiento existencial no haber ido más 
allá de sus propios límites. Es un pensar que expresa a una realidad, y en ese sentido 
es fiel a la misma. Pero sí podemos reprocharnos a nosotros, habitantes del mundo 
periférico, el seguir repitiendo lo que elaboraron los filósofos del centro. 
b) El avance de Paulo Freire con respecto al pensamiento existencial:
Uno de los puntos en que más ha insistido el pensamiento existencial es el de 
considerar al hombre como "ser-en-el-mundo". Freire, dando por supuesta esa 
condición, cala mucho más hondo cuando afirma: la realidad social, objetiva, es decir 
el mundo en el que el hombre vive, no existe por casualidad sino como producto de la 
acción humana
. Esta realidad, al hacerse opresora -y Freire no duda que ésa sea 
la nota fundamental de la realidad latinoamericana- se vuelve contra el hombre y lo 
condiciona, modifica su ser. 
¿Qué entendemos por realidad opresora? "Toda situación en que, en las relaciones 
objetivas entre ‘A’ y ‘B, ‘A’ explote a ‘B’, ‘A’ obstaculice a ‘B’ en su búsqueda de 
afirmación como persona, como sujeto, es opresora. Tal situación, (...) es, en sí 
misma, violenta"
. La violencia ya no aparece como sinónimo de desorden, sino 
como algo perfectamente compatible con un orden institucional. Si existe una 
situación de opresión, es evidente la existencia de los que oprimen y de los que son 
oprimidos. Ya no podemos hablar entonces del hombre simplemente como "ser-en-el-
-mundo" sino que tenemos que considerar el ser-en-el-mundo del opresor y el ser-enel-mundo del oprimido. Es decir, la situación de opresión genera una forma de ser de 
los que se encuentran envueltos en ella. La conciencia opresora y la conciencia 
oprimida tienen un comportamiento, una visión del mundo, una ética, distintas una de 
otra. 
1) Modo de ser de la conciencia opresora: 
I) Es una conciencia posesiva del mundo y de los hombres: el afán de posesión es su 
único nexo de unión con el mundo. Para ella ser es sinónimo de tener. Por eso 
tiende a transformar en objeto de su dominio la tierra, los bienes, la producción, la 
creación de los otros hombres. (...) “ una amenaza a su posesión es una amenaza a 
él mismo, si pierde la posesión, pierde el contacto con el mundo"
. Freire retoma 
aquí una idea elaborada por Marx y por Marcel y la re-piensa desde la realidad 
latinoamericana.
Marx, en los “Manuscritos económico-filosóficos de 1844”, señala que en la sociedad 
capitalista todos los sentidos humanos, tanto físicos como intelectuales han sido 
enajenados por el sentido del tener. Cuanto menos es uno y cuanto más tiene, tanto 
más alienada está la vida de uno
Marcel, por su parte, señala reiteradamente en distintos fragmentos de sus obras, el 
reemplazo del ser por el tener como uno de los rasgos más negativos de nuestro 
mundo contemporáneo.
Freire es más claro en su análisis del tener. Lo considera la nota fundamental de un 
modo de ser determinado: el modo de ser opresor. Los opresores perciben 
claramente que el tener es necesario para ser, pero lo limitan a su clase. No admiten 
en cambio que ésa pueda ser una condición necesaria para todos los hombres. Si se 
produce un cambio que supere la situación de opresión, los antiguos opresores "se 
sentirán en la nueva situación como oprimidos, ya que si antes podían comer, 
vestirse, calzarse, educarse, pasear, escuchar a BeethPAULO FREIRE Y EL PENSAMIENTO EXISTENCIAL 
La expansión imperialista determina la existencia del Centro (metrópolis dominantes) 
y de la Periferia (países dominados).  La Periferia, formada por los tres continentes 
que a lo largo de los siglos han sido objeto de la explotación, constituyen lo que 
desde 1955 se llama el Tercer Mundo.  El Tercer Mundo es el "marco político, social, 
ideológico y psicológico de esos dos tercios de la humanidad en busca de la ruptura 
definitiva con el antiguo régimen colonial y la finalización de los privilegios".
Los pueblos del Tercer Mundo están hoy en búsqueda de su liberación, liberación que 
significa romper con los lazos de dependencia estructural, en la cual lo cultural juega 
un papel importantísimo. 
En este contexto, el de la realidad de la periferia que busca encontrarse a sí misma, 
que busca liberarse como pueblo y a cada uno de sus hombres como persona total, 
tenemos que ubicar un nombre sobre el cual durante mucho tiempo se extendió un 
velo de silencio: Paulo Freire. 
La "Pedagogía del Oprimido" de Freire cobra singular importancia sí tenemos en 
cuenta que toda nuestra cultura -la cultura académica- fue elaborada en el Centro. 
Nuestros intelectuales estuvieron siempre con la mirada puesta en Europa o EE.UU. 
Nuestra literatura, en general, no fue sino una copia de la francesa, nuestra 
educación una imitación de la yanqui, nuestra filosofía un constante repetir a los 
pensadores franceses, alemanes, belgas.  Precisamente una de las corrientes 
filosóficas que mayor vigencia práctica parece seguir teniendo (aunque en el interés 
de los intelectuales haya sido reemplazada por el estructuralismo y otras corrientes 
en boga) es la del pensamiento existencial: un pensar que refleja la Europa burguesa 
de post-guerra.  Freire no niega esa filosofía.  Por el contrario, recoge sus muchos 
elementos positivos como así también los elaborados por otras vertientes de 
pensamiento (Marx, Fanon, Memmi), pero los re-piensa desde la periferia, 
concretamente desde América Latina. 
A continuación trataremos de señalar cuál ha sido el salto de avance de Paulo Freire 
con respecto al pensamiento existencial.  Para ello es menester recordar primero 
cuales han sido los aportes valiosos de éste.  Sin detenernos a explicitarlos por ser 
suficientemente conocidos, los enunciaremos como punto de partida para su
comparación con la cosmovisión de Freire. 
a) Los aportes valiosos del pensamiento existencial: 
1. Marca un momento muy importante en el camino hacia lo concreto.  Es un intento 
de podar al pensamiento filosófico de las abstracciones del Idealismo y de obligarlo a 
echar raíces en lo más hondo de la experiencia humana.  No es un pensamiento 
pensado, acabado, sistematizado.  Se trata más bien de un pensamiento pensante, o 
sea de un pensar que más que proponerse encerrar al universo en un sistema de 
ideas, intenta ahondar, perforar, profundizar, las experiencias concretas. 
2. Concibe al hombre no en abstracto aislamiento sino como Existencia, esto es, como 
Apertura, lo cual hace que no se pueda disociar al hombre del mundo (el hombre es 
un ser-en-el-mundo) ni de los otros hombres (el hombre es un ser-con-otros). 
3. Ve claro que el hombre no es algo acabado y estático, sino más bien un proyecto a 
realizar. "Ser hombre es aprender a ser hombre", decía Jaspers. 
4. Profundiza la reflexión sobre la experiencia humana. Eso le permite descubrir tanto 
fenómenos alienantes que dificultan el crecimiento de la persona (funcionalización, 
vigencia del tener, pérdida del sentido del misterio), como experiencias realizadoras
(comunicación, compromiso, fidelidad, esperanza). 
Evidentemente no podemos reprocharle al pensamiento existencial no haber ido más 
allá de sus propios límites.  Es un pensar que expresa a una realidad, y en ese sentido 
es fiel a la misma.  Pero sí podemos reprocharnos a nosotros, habitantes del mundo 
periférico, el seguir repitiendo lo que elaboraron los filósofos del centro. 
b) El avance de Paulo Freire con respecto al pensamiento existencial:
Uno de los puntos en que más ha insistido el pensamiento existencial es el de 
considerar al hombre como "ser-en-el-mundo".  Freire, dando por supuesta esa 
condición, cala mucho más hondo cuando afirma: la realidad social, objetiva, es decir 
el mundo en el que el hombre vive, no existe por casualidad sino como producto de la 
acción humana
.  Esta realidad, al hacerse opresora  -y Freire no duda que ésa sea 
la nota fundamental de la realidad latinoamericana-  se vuelve contra el hombre y lo 
condiciona, modifica su ser. 
¿Qué entendemos por realidad opresora?  "Toda situación en que, en las relaciones 
objetivas entre ‘A’ y ‘B, ‘A’ explote a ‘B’, ‘A’ obstaculice a ‘B’ en su búsqueda de 
afirmación como persona, como sujeto, es opresora.  Tal situación, (...) es, en sí 
misma, violenta"
.  La violencia ya no aparece como sinónimo de desorden, sino 
como algo perfectamente compatible con un orden institucional.  Si existe una 
situación de opresión, es evidente la existencia de los que oprimen y de los que son 
oprimidos.  Ya no podemos hablar entonces del hombre simplemente como "ser-en-el-
-mundo" sino que tenemos que considerar el ser-en-el-mundo del opresor y el ser-enel-mundo del oprimido.  Es decir, la situación de opresión genera una forma de ser de 
los que se encuentran envueltos en ella.  La conciencia opresora y la conciencia 
oprimida tienen un comportamiento, una visión del mundo, una ética, distintas una de 
otra. 
1) Modo de ser de la conciencia opresora: 
I) Es una conciencia posesiva del mundo y de los hombres: el afán de posesión es su 
único nexo de unión con el mundo.  Para ella ser es sinónimo de tener.  Por eso 
tiende a transformar en objeto de su dominio la tierra, los bienes, la producción, la 
creación de los otros hombres.  (...) “ una amenaza a su posesión es una amenaza a 
él mismo, si pierde la posesión, pierde el contacto con el mundo"
.  Freire retoma 
aquí una idea elaborada por Marx y por Marcel y la re-piensa desde la realidad 
latinoamericana.
Marx, en los “Manuscritos económico-filosóficos de 1844”, señala que en la sociedad 
capitalista todos los sentidos humanos, tanto físicos como intelectuales han sido 
enajenados por el sentido del tener.  Cuanto menos es uno y cuanto más tiene, tanto 
más alienada está la vida de uno
Marcel, por su parte, señala reiteradamente en distintos fragmentos de sus obras, el 
reemplazo del ser por el tener como uno de los rasgos más negativos de nuestro 
mundo contemporáneo.
Freire es más claro en su análisis del tener.  Lo considera la nota fundamental de un 
modo de ser determinado: el modo de ser  opresor.  Los opresores perciben 
claramente que el tener es necesario para ser, pero lo limitan a su clase.  No admiten 
en cambio que ésa pueda ser una condición necesaria para todos los hombres.  Si se 
produce un cambio que supere la situación de opresión, los antiguos opresores "se 
sentirán en la nueva situación como oprimidos, ya que si antes podían comer, 
vestirse, calzarse, educarse, pasear, escuchar a Beethoven, mientras millones no 
comían, no se calzaban, no se vestían, no estudiaban ni tampoco paseaban, ni mucho 
menos podían escuchar a Beethoven, cualquier restricción a todo esto, en nombre del 
derecho de todos, les parece una profunda violencia a su derecho de vivir".
  0 sea 
que para la conciencia opresora la humanización también entra entre sus posesiones.  
Es un derecho que les pertenece en exclusiva.  De ese rasgo fundamental que es el 
sentido de posesión, derivan otros igualmente negativos: 
II) Es una conciencia dominadora: los opresores necesitan dominar al mundo y a los 
otros hombres.  En ese dominio encuentran placer, satisfacción.  De ahí que la 
conciencia opresora sea a la vez sádica. 
III) Es, por último, una conciencia necrófila: para dominar necesita cosificar a los 
hombres y a la realidad.  Detiene la inquietud, la ansiedad de la búsqueda, el poder de 
creación,  Mata la vida.  El amor de la conciencia opresora es un amor a la inversa: un 
amor a la muerte y no un amor a la vida.
2) Modo de ser de la conciencia oprimida: 
I) Dualidad : el oprimido es un ser dual, un ser en el que coexisten dos fuerzas 
antagónicas, una que lo lleva a ser él mismo, a liberarse, y  otra que lo impulsa a 
mantener introyectada la sombra del opresor.  La alternativa se da entre: expulsar al 
opresor de sí para poder ser él mismo, o bien, mantener al otro en sí.  Es decir, entre 
desalienarse o mantenerse alienado, entre ser actor y decir "su palabra", o bien ser 
espectador, tener la ilusión de que actúa en la acción de los opresores, no tener voz 
propia; entre crear y transformar el mundo o bien sufrir al mundo y sentirse frustrado 
en su vocación creadora. 
Cuando el oprimido no logra visualizar objetivamente quien es el opresor, se dan en él 
en forma muy marcada los siguientes rasgos: 
II) Fatalismo: consiste en pensar que la situación nunca podrá ser modificada. 
Herencia ancestral de la conciencia mítica para quien el transcurrir del tiempo no 
aportaba ninguna novedad, fomentada en el criollo por siglos de esclavitud y de 
humillaciones, que han convertido lo que es "producto de una situación histórica y 
sociológica" en "trazo esencial de la forma de ser del pueblo".
  Aquí encuentra 
perfecta aplicación la noción de funcionalización que Marcel elabora desde otra 
realidad diferente. Si los demás me cosifican identificándome con una función 
determinada, yo mismo tiendo a adaptarme a esa máscara que me condiciona. El 
hombre latinoamericano ha sido de antiguo etiquetado por los gestores de la 
civilización con el sello de "bárbaro”: negligente, servil, ignorante... 
III) Mundo mágico: para la conciencia oprimida, el sufrimiento que padece no es 
provocado por la explotación  -de la que todavía no ha tomado conciencia-  sino que 
es lo querido por Dios.  Este rasgo alienante ha sido alevosamente fomentado por una 
Iglesia que es la caricatura de la Iglesia de Cristo. 
IV) Violencia horizontal: si bien el oprimido no logra visualizar la situación de opresión, 
las humillaciones cotidianas que derivan de la explotación van generando en él un
carga de agresividad que se canaliza contra sus iguales: su mujer, su vecino, su 
compañero.  En el mismo nivel que la riña en la que se hace un despliegue de coraje 
por motivos fútiles, puede ponerse a la evasión en el vino.  Peleadores y borrachos, es 
la etiqueta que la civilización ha puesto a la conciencia oprimida que trata de alguna 
manera de salir de su aniquilamiento. 
V) Mito del patrón y autodesvalorización de sí mismo: el oprimido siente hacia el 
patrón un sentimiento ambivalente, mezcla de repulsión y de admiración.  Dado que el 
patrón es el único modelo de humanidad que siempre se le ha presentado (él es el 
blanco, el ilustrado, el que sabe, el que tiene) siente una tendencia irrefrenable a 
asemejarse a él.  En este momento su ideal de liberación suele ser ocupar el puesto 
que hoy ocupa el patrón, es decir, simplemente invertir los polos de la contradicción y 
de oprimido pasar a ser opresor.  Es un fenómeno fácilmente observable en nuestros 
barrios cómo el individuo que consigue ascender de status (el pequeño comerciante, 
el pequeño productor o propietario) trata de asimilar las pautas de conducta que rigen 
en el mundo de los opresores. 
Después de Freire, que a su vez retoma los análisis de Frantz Fanon y de Albert 
Memmi, resulta demasiado universal, y por lo tanto vacío de contenido, hablar del 
hombre simplemente como "ser-en-el-mundo". 
En el mismo sentido se puede hablar de la limitación del "ser-con-otros" afirmado por 
el pensamiento existencial; limitación que surge al ser comparado con la óptica 
periférica de Paulo Freire.  Mientras en el primero, el ser-con está limitado a la esfera 
intersubjetiva o a la pequeña comunidad, lo cual trae aparejado un rechazo y hasta un 
desprecio hacia las masas populares 
 en una visión periférica como la de Freire, 
Fanon o inclusive la de Chenu o Teilhard, es inadmisible no entender la dimensión de 
ser-con-otros como una inserción en el pueblo oprimido.  Si bien algunos filósofos del 
Centro quedan excluidos de aquella actitud de rechazo que parece caracterizar a los 
intelectuales frente a la masa, el reconocimiento de los valores personalizantes que se
encuentran en ella es más bien un postulado de los pensadores del Tercer Mundo. 
El pensamiento existencial destaca el carácter dinámico de la Existencia.  El hombre 
no es, sino que va siendo y en ese ir siendo va conquistando su ser.  Es decir que la 
filosofía existencial admite un proceso hacia más-ser en el marco de la vida humana, 
pero ese proceso no es extensivo al mundo ni a la humanidad en su conjunto.  Se da 
en el contexto de un mundo estático y de una humanidad que en lugar de avanzar 
hacia su plenificación parece debatirse en las mismas eternas contradicciones que 
sufre desde sus orígenes.  Esto hace que la actitud del hombre ante el mundo se 
limite en el fondo a ser contemplativa. 
En Paulo Freire en cambio, es muy claro que la idea de cosmos que constituye uno de 
los supuestos de la filosofía centrista ha sido reemplazada por la de cosmogénesis, es 
decir, por la concepción de un mundo donde la evolución continúa, un mundo que está 
en permanente proceso de gestación, y en el  cual el hombre tiene el papel de cocreador.  No es ésta una idea original de Freire.  Se inscribe en la más pura tradición 
bíblica, la vemos reproducida en filósofos del centro como Marx, Bergson y 
acabadamente elaborada en Teilhard de Chardin.  Por otra parte, es el supuesto 
básico de los pensadores de la periferia.  En efecto, si no se admite el hecho de la 
evolución no tiene sentido hablar de liberación, de humanización, de transformación 
del mundo.  Dice Paulo Freire refiriéndose a la lucha por la liberación: "Ésta solamente 
es posible porque la deshumanización aunque siendo un hecho concreto en la 
historia, no es sin embargo, un destino dado, sino el resultado de un orden injusto que 
genera la violencia de los opresores y consecuentemente el ser menos”.
No es un "destino dado".  Es un "orden injusto" que depende del hombre y que 
corresponde al hombre transformar.  O sea, la liberación, la humanización, el proceso 
hacia más ser, la transformación del mundo, no sólo son posibles sino que resultan un 
compromiso ineludible del ser hombre: “Si los hombres son seres del quehacer, esto 
se debe a que su hacer es acción y reflexión.  Es praxis.  Es transformación del 
mundo"  
Surge de aquí otro punto fundamental del pensamiento de Paulo Freire: la superación 
del dualismo acción-contemplación que desde la metafísica griega impregna el pensar 
occidental y que continúa vigente incluso en la Filosofía Existencial.  En Freire, por el
contrario, la acción y la reflexión, el actuar y el saber, han de estar indisolublemente 
unidos en el quehacer humano: “No hay palabra verdadera que no sea una unión 
inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis.  De ahí que 
decir la palabra verdadera sea transformar el mundo".
Cuando se introduce el dualismo que separa las dimensiones del hombre, el 
reflexionar y el actuar, la palabra se torna inauténtica y con ella no se puede 
transformar la realidad.  Es una palabra "alienada y alienante. Es una palabra hueca 
de la cual no se puede esperar la denuncia del mundo, dado que no hay denuncia 
verdadera sin compromiso de transformación, ni compromiso sin acción".
El Pensamiento Existencial ha sido tremendamente lúcido en el diagnóstico del mundo 
contemporáneo.  Experiencias alienantes que impiden el crecimiento de la persona, 
como la de funcionalización, la vigencia del tener, la pérdida del sentido del misterio, 
la angustia, la incomunicación, el fracaso, han sido magníficamente detectadas por los 
filósofos de la Existencia.  En páginas de gran hondura, en las que todos de alguna 
manera nos sentimos expresados, han puesto al desnudo el alma humana.  Lo mismo 
puede decirse de las experiencias enriquecedoras como las de la comunicación, la 
esperanza, la fidelidad.  Pero en ambos casos se han quedado detenidos en el 
penúltimo tramo del camino; se han limitado a describirlas, sin tratar de detectar las 
causas que posibiliten su aparición.  No han visto por ejemplo que las primeras (las 
experiencias alienantes) son en su mayoría fenómenos concomitantes del modo de 
vida propio de un sistema basado en la explotación y en el dominio de unos sobre 
otros, o si lo han visto (como en el caso de Marcel que hace alusiones concretas al 
sistema capitalista y al sistema comunista como negadores de la persona), no han 
advertido que esos sistemas son productos históricos, y que como tales el hombre los 
puede derribar en su lucha por la humanización.  Justamente porque el mundo que 
describe la Filosofía de la Existencia es un mundo sin historia, aparece como un 
callejón sin salida y pese al aparente acento esperanzado de algunos de sus 
exponentes, resuma un acento trágico y pesimista.  
En Freire y en los pensadores del Tercer Mundo en cambio, el pesimismo no tiene 
mayor cabida.  Hay clara conciencia sí de un mundo herido, desgarrado, de un mundo 
que oprime y condiciona al hombre pero esa convicción es motor que anima y empuja 
a la construcción de un mundo nuevo y del hombre nuevo "no ya opresor, no ya 
oprimido, sino hombres liberándose".
.  No se trata del optimismo utópico que 
consiste en pensar que el hombre, por ser racional y libre, puede escapar a los 
condicionantes externos y realizarse igualmente en situaciones adversas, como si se 
tratara de un ser etéreo que puede deslizarse por sobre los acontecimientos sin 
quedar preso en ellos.  Se trata en cambio de reconocer a los hombres "como seres 
que están siendo, como seres inacabados, inconclusos, en y con una realidad que 
siendo histórica es también tan inacabada como ellos".
, porque "existir 
humanamente, es 'pronunciar' el mundo, es transformarlo".
  En esta visión, el 
fatalismo cede lugar al ímpetu de transformación y de búsqueda y el mundo se 
convierte en el ámbito sobre el cual  se ejerce "la acción transformadora de los 
hombres, de la cual resulta su humanización",
 acción transformadora y liberadora 
que está en marcha irreversible y que nace siempre de los oprimidos: sólo los 
oprimidos, liberándose, pueden liberar a los opresores.  Éstos, en tanto clase que 
oprime no pueden liberar, ni liberarse".
  "Sólo el poder que renace de la debilidad de 
los oprimidos será lo suficientemente fuerte para liberar a ambos".

     
En  el pensamiento de Freire las masas marginadas encuentran su papel de protagonistas 
de la historia.  La Filosofía se hace realmente un pensar encarnado y comprometido, 
mientras por contraposición, el pensamiento existencial aparece preso en las 
abstracciones propias del Idealismo al que tanto criticara y al que tratara de superar. 
Pese a todo lo hermoso que han descubierto en lo humano, pensamos que les cabe 
perfectamente la crítica que Freire formula y en la que quedan incluidos filósofos, 
educadores e intelectuales en general:  "Decir que los hombres son personas, y 
como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta 
afirmación sea objetiva, es una farsa".
  
(Publicado en: Torres Novoa, Carlos: Paulo Freire en América Latina. 
México, Guernika, 1979.) oven, mientras millones no 

comían, no se calzaban, no se vestían, no estudiaban ni tampoco paseaban, ni mucho 
menos podían escuchar a Beethoven, cualquier restricción a todo esto, en nombre del 
derecho de todos, les parece una profunda violencia a su derecho de vivir".
0 sea 
que para la conciencia opresora la humanización también entra entre sus posesiones. 
Es un derecho que les pertenece en exclusiva. De ese rasgo fundamental que es el 
sentido de posesión, derivan otros igualmente negativos: 
II) Es una conciencia dominadora: los opresores necesitan dominar al mundo y a los 
otros hombres. En ese dominio encuentran placer, satisfacción. De ahí que la 
conciencia opresora sea a la vez sádica. 
III) Es, por último, una conciencia necrófila: para dominar necesita cosificar a los 
hombres y a la realidad. Detiene la inquietud, la ansiedad de la búsqueda, el poder de 
creación, Mata la vida. El amor de la conciencia opresora es un amor a la inversa: un 
amor a la muerte y no un amor a la vida.
2) Modo de ser de la conciencia oprimida: 
I) Dualidad : el oprimido es un ser dual, un ser en el que coexisten dos fuerzas 
antagónicas, una que lo lleva a ser él mismo, a liberarse, y otra que lo impulsa a 
mantener introyectada la sombra del opresor. La alternativa se da entre: expulsar al 
opresor de sí para poder ser él mismo, o bien, mantener al otro en sí. Es decir, entre 
desalienarse o mantenerse alienado, entre ser actor y decir "su palabra", o bien ser 
espectador, tener la ilusión de que actúa en la acción de los opresores, no tener voz 
propia; entre crear y transformar el mundo o bien sufrir al mundo y sentirse frustrado 
en su vocación creadora. 
Cuando el oprimido no logra visualizar objetivamente quien es el opresor, se dan en él 
en forma muy marcada los siguientes rasgos: 
II) Fatalismo: consiste en pensar que la situación nunca podrá ser modificada. 
Herencia ancestral de la conciencia mítica para quien el transcurrir del tiempo no 
aportaba ninguna novedad, fomentada en el criollo por siglos de esclavitud y de 
humillaciones, que han convertido lo que es "producto de una situación histórica y 
sociológica" en "trazo esencial de la forma de ser del pueblo".
Aquí encuentra 
perfecta aplicación la noción de funcionalización que Marcel elabora desde otra 
realidad diferente. Si los demás me cosifican identificándome con una función 
determinada, yo mismo tiendo a adaptarme a esa máscara que me condiciona. El 
hombre latinoamericano ha sido de antiguo etiquetado por los gestores de la 
civilización con el sello de "bárbaro”: negligente, servil, ignorante... 
III) Mundo mágico: para la conciencia oprimida, el sufrimiento que padece no es 
provocado por la explotación -de la que todavía no ha tomado conciencia- sino que 
es lo querido por Dios. Este rasgo alienante ha sido alevosamente fomentado por una 
Iglesia que es la caricatura de la Iglesia de Cristo. 
IV) Violencia horizontal: si bien el oprimido no logra visualizar la situación de opresión, 
las humillaciones cotidianas que derivan de la explotación van generando en él un
carga de agresividad que se canaliza contra sus iguales: su mujer, su vecino, su 
compañero. En el mismo nivel que la riña en la que se hace un despliegue de coraje 
por motivos fútiles, puede ponerse a la evasión en el vino. Peleadores y borrachos, es 
la etiqueta que la civilización ha puesto a la conciencia oprimida que trata de alguna 
manera de salir de su aniquilamiento. 
V) Mito del patrón y autodesvalorización de sí mismo: el oprimido siente hacia el 
patrón un sentimiento ambivalente, mezcla de repulsión y de admiración. Dado que el 
patrón es el único modelo de humanidad que siempre se le ha presentado (él es el 
blanco, el ilustrado, el que sabe, el que tiene) siente una tendencia irrefrenable a 
asemejarse a él. En este momento su ideal de liberación suele ser ocupar el puesto 
que hoy ocupa el patrón, es decir, simplemente invertir los polos de la contradicción y 
de oprimido pasar a ser opresor. Es un fenómeno fácilmente observable en nuestros 
barrios cómo el individuo que consigue ascender de status (el pequeño comerciante, 
el pequeño productor o propietario) trata de asimilar las pautas de conducta que rigen 
en el mundo de los opresores. 
Después de Freire, que a su vez retoma los análisis de Frantz Fanon y de Albert 
Memmi, resulta demasiado universal, y por lo tanto vacío de contenido, hablar del 
hombre simplemente como "ser-en-el-mundo". 
En el mismo sentido se puede hablar de la limitación del "ser-con-otros" afirmado por 
el pensamiento existencial; limitación que surge al ser comparado con la óptica 
periférica de Paulo Freire. Mientras en el primero, el ser-con está limitado a la esfera 
intersubjetiva o a la pequeña comunidad, lo cual trae aparejado un rechazo y hasta un 
desprecio hacia las masas populares 
en una visión periférica como la de Freire, 
Fanon o inclusive la de Chenu o Teilhard, es inadmisible no entender la dimensión de 
ser-con-otros como una inserción en el pueblo oprimido. Si bien algunos filósofos del 
Centro quedan excluidos de aquella actitud de rechazo que parece caracterizar a los 
intelectuales frente a la masa, el reconocimiento de los valores personalizantes que se
encuentran en ella es más bien un postulado de los pensadores del Tercer Mundo. 
El pensamiento existencial destaca el carácter dinámico de la Existencia. El hombre 
no es, sino que va siendo y en ese ir siendo va conquistando su ser. Es decir que la 
filosofía existencial admite un proceso hacia más-ser en el marco de la vida humana, 
pero ese proceso no es extensivo al mundo ni a la humanidad en su conjunto. Se da 
en el contexto de un mundo estático y de una humanidad que en lugar de avanzar 
hacia su plenificación parece debatirse en las mismas eternas contradicciones que 
sufre desde sus orígenes. Esto hace que la actitud del hombre ante el mundo se 
limite en el fondo a ser contemplativa. 
En Paulo Freire en cambio, es muy claro que la idea de cosmos que constituye uno de 
los supuestos de la filosofía centrista ha sido reemplazada por la de cosmogénesis, es 
decir, por la concepción de un mundo donde la evolución continúa, un mundo que está 
en permanente proceso de gestación, y en el cual el hombre tiene el papel de cocreador. No es ésta una idea original de Freire. Se inscribe en la más pura tradición 
bíblica, la vemos reproducida en filósofos del centro como Marx, Bergson y
acabadamente elaborada en Teilhard de Chardin. Por otra parte, es el supuesto 
básico de los pensadores de la periferia. En efecto, si no se admite el hecho de la 
evolución no tiene sentido hablar de liberación, de humanización, de transformación 
del mundo. Dice Paulo Freire refiriéndose a la lucha por la liberación: "Ésta solamente 
es posible porque la deshumanización aunque siendo un hecho concreto en la 
historia, no es sin embargo, un destino dado, sino el resultado de un orden injusto que 
genera la violencia de los opresores y consecuentemente el ser menos”.
No es un "destino dado". Es un "orden injusto" que depende del hombre y que 
corresponde al hombre transformar. O sea, la liberación, la humanización, el proceso 
hacia más ser, la transformación del mundo, no sólo son posibles sino que resultan un 
compromiso ineludible del ser hombre: “Si los hombres son seres del quehacer, esto 
se debe a que su hacer es acción y reflexión. Es praxis. Es transformación del 
mundo" 
Surge de aquí otro punto fundamental del pensamiento de Paulo Freire: la superación 
del dualismo acción-contemplación que desde la metafísica griega impregna el pensar 
occidental y que continúa vigente incluso en la Filosofía Existencial. En Freire, por el
contrario, la acción y la reflexión, el actuar y el saber, han de estar indisolublemente 
unidos en el quehacer humano: “No hay palabra verdadera que no sea una unión 
inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que 
decir la palabra verdadera sea transformar el mundo".
Cuando se introduce el dualismo que separa las dimensiones del hombre, el 
reflexionar y el actuar, la palabra se torna inauténtica y con ella no se puede 
transformar la realidad. Es una palabra "alienada y alienante. Es una palabra hueca 
de la cual no se puede esperar la denuncia del mundo, dado que no hay denuncia 
verdadera sin compromiso de transformación, ni compromiso sin acción".
El Pensamiento Existencial ha sido tremendamente lúcido en el diagnóstico del mundo 
contemporáneo. Experiencias alienantes que impiden el crecimiento de la persona, 
como la de funcionalización, la vigencia del tener, la pérdida del sentido del misterio, 
la angustia, la incomunicación, el fracaso, han sido magníficamente detectadas por los 
filósofos de la Existencia. En páginas de gran hondura, en las que todos de alguna 
manera nos sentimos expresados, han puesto al desnudo el alma humana. Lo mismo 
puede decirse de las experiencias enriquecedoras como las de la comunicación, la 
esperanza, la fidelidad. Pero en ambos casos se han quedado detenidos en el 
penúltimo tramo del camino; se han limitado a describirlas, sin tratar de detectar las 
causas que posibiliten su aparición. No han visto por ejemplo que las primeras (las 
experiencias alienantes) son en su mayoría fenómenos concomitantes del modo de 
vida propio de un sistema basado en la explotación y en el dominio de unos sobre 
otros, o si lo han visto (como en el caso de Marcel que hace alusiones concretas al 
sistema capitalista y al sistema comunista como negadores de la persona), no han 
advertido que esos sistemas son productos históricos, y que como tales el hombre los 
puede derribar en su lucha por la humanización. Justamente porque el mundo que 
describe la Filosofía de la Existencia es un mundo sin historia, aparece como un 
callejón sin salida y pese al aparente acento esperanzado de algunos de sus 
exponentes, resuma un acento trágico y pesimista. 
En Freire y en los pensadores del Tercer Mundo en cambio, el pesimismo no tiene 
mayor cabida. Hay clara conciencia sí de un mundo herido, desgarrado, de un mundo 
que oprime y condiciona al hombre pero esa convicción es motor que anima y empuja 
a la construcción de un mundo nuevo y del hombre nuevo "no ya opresor, no ya 
oprimido, sino hombres liberándose".
. No se trata del optimismo utópico que 
consiste en pensar que el hombre, por ser racional y libre, puede escapar a los 
condicionantes externos y realizarse igualmente en situaciones adversas, como si se 
tratara de un ser etéreo que puede deslizarse por sobre los acontecimientos sin 
quedar preso en ellos. Se trata en cambio de reconocer a los hombres "como seres 
que están siendo, como seres inacabados, inconclusos, en y con una realidad que 
siendo histórica es también tan inacabada como ellos".
, porque "existir 
humanamente, es 'pronunciar' el mundo, es transformarlo".
En esta visión, el 
fatalismo cede lugar al ímpetu de transformación y de búsqueda y el mundo se 
convierte en el ámbito sobre el cual se ejerce "la acción transformadora de los 
hombres, de la cual resulta su humanización",
acción transformadora y liberadora 
que está en marcha irreversible y que nace siempre de los oprimidos: sólo los 
oprimidos, liberándose, pueden liberar a los opresores. Éstos, en tanto clase que 
oprime no pueden liberar, ni liberarse".
"Sólo el poder que renace de la debilidad de 
los oprimidos será lo suficientemente fuerte para liberar a ambos".
En el pensamiento de Freire las masas marginadas encuentran su papel de protagonistas 
de la historia. La Filosofía se hace realmente un pensar encarnado y comprometido, 
mientras por contraposición, el pensamiento existencial aparece preso en las 
abstracciones propias del Idealismo al que tanto criticara y al que tratara de superar. 
Pese a todo lo hermoso que han descubierto en lo humano, pensamos que les cabe 
perfectamente la crítica que Freire formula y en la que quedan incluidos filósofos, 
educadores e intelectuales en general: "Decir que los hombres son personas, y 
como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta 
afirmación sea objetiva, es una farsa".

(Publicado en: Torres Novoa, Carlos: Paulo Freire en América Latina. 
México, Guernika, 1979.)


Gilles Deleuze: "Posdata sobre las sociedades de control"*

I. HISTORIA

Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVIII y XIX; estas sociedades alcanzan su apogeo a principios del XX, y proceden a la organización de los grandes espacios de encierro. El individuo no deja de pasar de un espacio cerrado a otro, cada uno con sus leyes: primero la familia, después la escuela ("acá ya no estás en tu casa"), después el cuartel ("acá ya no estás en la escuela"), después la fábrica, de tanto en tanto el hospital, y eventualmente la prisión, que es el lugar de encierro por excelencia. Es la prisión la que sirve de modelo analógico: la heroína de Europa 51 puede exclamar, cuando ve a unos obreros: "me pareció ver a unos condenados...". Foucault analizó muy bien el proyecto ideal de los lugares de encierro, particularmente visible en la fábrica: concentrar, repartir en el espacio, ordenar en el tiempo, componer en el espacio-tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe ser superior a la suma de las fuerzas elementales. Pero lo que Foucault también sabía era la brevedad del modelo: sucedía a las sociedades de soberanía, cuyo objetivo y funciones eran muy otros (recaudar más que organizar la producción, decidir la muerte más que administrar la vida); la transición se hizo progresivamente, y Napoleón parecía operar la gran conversión de una sociedad a otra. Pero las disciplinas a su vez sufrirían una crisis, en beneficio de nuevas fuerzas que se irían instalando lentamente, y que se precipitarían tras la segunda guerra mundial: las sociedades disciplinarias eran lo que ya no éramos, lo que dejábamos de ser.
Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un "interior" en crisis como todos los interiores, escolares, profesionales, etc. Los ministros competentes no han dejado de anunciar reformas supuestamente necesarias. Reformar la escuela, reformar la industria, el hospital, el ejército, la prisión: pero todos saben que estas instituciones están terminadas, a más o menos corto plazo. Sólo se trata de administrar su agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas que están golpeando la puerta. Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias.
"Control" es el nombre que Burroughs propone para designar al nuevo monstruo, y que Foucault reconocía como nuestro futuro próximo. Paul Virilio no deja de analizar las formas ultrarrápidas de control al aire libre, que reemplazan a las viejas disciplinas que operan en la duración de un sistema cerrado. No se trata de invocar las producciones farmacéuticas extraordinarias, las formaciones nucleares, las manipulaciones genéticas, aunque estén destinadas a intervenir en el nuevo proceso. No se trata de preguntar cuál régimen es más duro, o más tolerable, ya que en cada uno de ellos se enfrentan las liberaciones y las servidumbres. Por ejemplo, en la crisis del hospital como lugar de encierro, la sectorización, los hospitales de día, la atención a domicilio pudieron marcar al principio nuevas libertades, pero participan también de mecanismos de control que rivalizan con los más duros encierros. No se trata de temer o de esperar, sino de buscar nuevas armas.

II. LÓGICA

Los diferentes internados o espacios de encierro por los cuales pasa el individuo son variables independientes: se supone que uno empieza desde cero cada vez, y el lenguaje común de todos esos lugares existe, pero es analógico. Mientras que los diferentes aparatos de control son variaciones inseparables, que forman un sistema de geometría variable cuyo lenguaje es numérico (lo cual no necesariamente significa binario). Los encierros son moldes, módulos distintos, pero los controles son modulaciones, como un molde autodeformante que cambiaría continuamente, de un momento al otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de un punto al otro. Esto se ve bien en la cuestión de los salarios: la fábrica era un cuerpo que llevaba a sus fuerzas interiores a un punto de equilibrio: lo más alto posible para la producción, lo más bajo posible para los salarios; pero, en una sociedad de control, la empresa ha reemplazado a la fábrica, y la empresa es un alma, un gas. Sin duda la fábrica ya conocía el sistema de primas, pero la empresa se esfuerza más profundamente por imponer una modulación de cada salario, en estados de perpetua metastabilidad que pasan por desafíos, concursos y coloquios extremadamente cómicos. Si los juegos televisados más idiotas tienen tanto éxito es porque expresan adecuadamente la situación de empresa. La fábrica constituía a los individuos en cuerpos, por la doble ventaja del patrón que vigilaba a cada elemento en la masa, y de los sindicatos que movilizaban una masa de resistencia; pero la empresa no cesa de introducir una rivalidad inexplicable como sana emulación, excelente motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada uno, dividiéndolo en sí mismo. El principio modular del "salario al mérito" no ha dejado de tentar a la propia educación nacional: en efecto, así como la empresa reemplaza a la fábrica, la formación permanente tiende a reemplazar a la escuela, y la evaluación continua al examen. Lo cual constituye el medio más seguro para librar la escuela a la empresa.
En las sociedades de disciplina siempre se estaba empezando de nuevo (de la escuela al cuartel, del cuartel a la fábrica), mientras que en las sociedades de control nunca se termina nada: la empresa, la formación, el servicio son los estados metastables y coexistentes de una misma modulación, como un deformador universal. Kafka, que se instalaba ya en la bisagra entre ambos tipos de sociedad, describió en El Proceso las formas jurídicas más temibles: el sobreseimiento aparente de las sociedades disciplinarias (entre dos encierros), la moratoria ilimitada de las sociedades de control (en variación continua), son dos modos de vida jurídica muy diferentes, y si nuestro derecho está dubitativo, en su propia crisis, es porque estamos dejando uno de ellos para entrar en el otro. Las sociedades disciplinarias tienen dos polos: la firma, que indica el individuo, y el número de matrícula, que indica su posición en una masa. Porque las disciplinas nunca vieron incompatibilidad entre ambos, y porque el poder es al mismo tiempo masificador e individualizador, es decir que constituye en cuerpo a aquellos sobre los que se ejerce, y moldea la individualidad de cada miembro del cuerpo (Foucault veía el origen de esa doble preocupación en el poder pastoral del sacerdote -el rebaño y cada uno de los animales- pero el poder civil se haría, a su vez, "pastor" laico, con otros medios). En las sociedades de control, por el contrario, lo esencial no es ya una firma ni un número, sino una cifra: la cifra es una contraseña, mientras que las sociedades disciplinarias son reglamentadas por consignas (tanto desde el punto de vista de la integración como desde el de la resistencia). El lenguaje numérico del control está hecho de cifras, que marcan el acceso a la información, o el rechazo. Ya no nos encontramos ante el par masa-individuo. Los individuos se han convertido en "dividuos", y las masas, en muestras, datos, mercados o bancos. Tal vez sea el dinero lo que mejor expresa la diferencia entre las dos sociedades, puesto que la disciplina siempre se remitió a monedas moldeadas que encerraban oro como número patrón, mientras que el control refiere a intercambios flotantes, modulaciones que hacen intervenir como cifra un porcentaje de diferentes monedas de muestra. El viejo topo monetario es el animal de los lugares de encierro, pero la serpiente es el de las sociedades de control. Hemos pasado de un animal a otro, del topo a la serpiente, en el régimen en el que vivimos, pero también en nuestra forma de vivir y en nuestras relaciones con los demás. El hombre de las disciplinas era un productor discontinuo de energía, pero el hombre del control es más bien ondulatorio, en órbita sobre un haz continuo. Por todas partes, el surf ha reemplazado a los viejos deportes.
Es fácil hacer corresponder a cada sociedad distintos tipos de máquinas, no porque las máquinas sean determinantes sino porque expresan las formas sociales capaces de crearlas y utilizarlas. Las viejas sociedades de soberanía manejaban máquinas simples, palancas, poleas, relojes; pero las sociedades disciplinarias recientes se equipaban con máquinas energéticas, con el peligro pasivo de la entropía y el peligro activo del sabotaje; las sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo peligro pasivo es el ruido y el activo la piratería o la introducción de virus. Es una evolución tecnológica pero, más profundamente aún, una mutación del capitalismo. Una mutación ya bien conocida, que puede resumirse así: el capitalismo del siglo XIX es de concentración, para la producción, y de propiedad. Erige pues la fábrica en lugar de encierro, siendo el capitalista el dueño de los medios de producción, pero también eventualmente propietario de otros lugares concebidos por analogía (la casa familiar del obrero, la escuela). En cuanto al mercado, es conquistado ya por especialización, ya por colonización, ya por baja de los costos de producción. Pero, en la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega frecuentemente a la periferia del tercer mundo, incluso bajo las formas complejas del textil, la metalurgia o el petróleo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta piezas. Lo que quiere vender son servicios, y lo que quiere comprar son acciones. Ya no es un capitalismo para la producción, sino para el producto, es decir para la venta y para el mercado. Así, es esencialmente dispersivo, y la fábrica ha cedido su lugar a la empresa. La familia, la escuela, el ejército, la fábrica ya no son lugares analógicos distintos que convergen hacia un propietario, Estado o potencia privada, sino las figuras cifradas, deformables y transformables, de una misma empresa que sólo tiene administradores. Incluso el arte ha abandonado los lugares cerrados para entrar en los circuitos abiertos de la banca. Las conquistas de mercado se hacen por temas de control y no ya por formación de disciplina, por fijación de cotizaciones más aún que por baja de costos, por transformación del producto más que por especialización de producción. El servicio de venta se ha convertido en el centro o el "alma" de la empresa. Se nos enseña que las empresas tienen un alma, lo cual es sin duda la noticia más terrorífica del mundo. El marketing es ahora el instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. El control es a corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo e ilimitado, mientras que la disciplina era de larga duración, infinita y discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado. Es cierto que el capitalismo ha guardado como constante la extrema miseria de tres cuartas partes de la humanidad: demasiado pobres para la deuda, demasiado numerosos para el encierro: el control no sólo tendrá que enfrentarse con la disipación de las fronteras, sino también con las explosiones de villas-miseria y guetos.

III. PROGRAMA

No es necesaria la ciencia ficción para concebir un mecanismo de control que señale a cada instante la posición de un elemento en un lugar abierto, animal en una reserva, hombre en una empresa (collar electrónico). Félix Guattari imaginaba una ciudad en la que cada uno podía salir de su departamento, su calle, su barrio, gracias a su tarjeta electrónica (dividual) que abría tal o cual barrera; pero también la tarjeta podía no ser aceptada tal día, o entre determinadas horas: lo que importa no es la barrera, sino el ordenador que señala la posición de cada uno, lícita o ilícita, y opera una modulación universal.
El estudio socio-técnico de los mecanismos de control, captados en su aurora, debería ser categorial y describir lo que está instalándose en vez de los espacios de encierro disciplinarios, cuya crisis todos anuncian. Puede ser que viejos medios, tomados de las sociedades de soberanía, vuelvan a la escena, pero con las adaptaciones necesarias. Lo que importa es que estamos al principio de algo. En el régimen de prisiones: la búsqueda de penas de "sustitución", al menos para la pequeña delincuencia, y la utilización de collares electrónicos que imponen al condenado la obligación de quedarse en su casa a determinadas horas. En el régimen de las escuelas: las formas de evaluación continua, y la acción de la formación permanente sobre la escuela, el abandono concomitante de toda investigación en la Universidad, la introducción de la "empresa" en todos los niveles de escolaridad. En el régimen de los hospitales: la nueva medicina "sin médico ni enfermo" que diferencia a los enfermos potenciales y las personas de riesgo, que no muestra, como se suele decir, un progreso hacia la individualización, sino que sustituye el cuerpo individual o numérico por la cifra de una materia "dividual" que debe ser controlada. En el régimen de la empresa: los nuevos tratamientos del dinero, los productos y los hombres, que ya no pasan por la vieja forma-fábrica. Son ejemplos bastante ligeros, pero que permitirían comprender mejor lo que se entiende por crisis de las instituciones, es decir la instalación progresiva y dispersa de un nuevo régimen de dominación. Una de las preguntas más importantes concierne a la ineptitud de los sindicatos: vinculados durante toda su historia a la lucha contra las disciplinas o en los lugares de encierro (¿podrán adaptarse o dejarán su lugar a nuevas formas de resistencia contra las sociedades de control?). ¿Podemos desde ya captar los esbozos de esas formas futuras, capaces de atacar las maravillas del marketing? Muchos jóvenes reclaman extrañamente ser "motivados", piden más cursos, más formación permanente: a ellos corresponde descubrir para qué se los usa, como sus mayores descubrieron no sin esfuerzo la finalidad de las disciplinas. Los anillos de una serpiente son aún más complicados que los agujeros de una topera.